Cómo reducir nuestra exposición al Bisfenol A (BPA)

Como ya dijimos en nuestro último post, el Bisfenol o BPA puede estar asociado a enfermedades como la diabetes, el asma, la obesidad, la infertilidad, el cáncer de mama y de próstata, los problemas cardiovasculares, a alteraciones en el desarrollo neurológico y cerebral y a los trastornos del comportamiento.

La Agencia de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) ha elaborado una lista de recomendaciones para minimizar e incluso evitar la exposición de Bisfenol A o BPA a los consumidores:

1. Buscar alternativas a los productos enlatados.

Las conservas que se pueden encontrar en envases de lata, se pueden sustituir por las de cristal. Ya que el revestimiento usado en las latas, puede filtrarse en el interior del alimento o bebida. En casos de líquidos, sopas y salsas existe aún más peligro.

Por lo que la FDA recomienda consumir alimentos y bebidas enlatadas, lo menos posible.

2. Buscar alternativas a los envases de plástico.

Existen muchas alternativas a los envases de plástico, en las que se incluyen el vidrio, la cerámica, la madera o el acero inoxidable. Además de ser productos más duraderos, reducen la generación de residuos, además de la exposición al Bisfenol A (BPA).

Por ejemplo, en el caso del aceite embotellado, es muy recomendable substituirlo por envases de vidrio, ya que el BPA tiene una tendencia especial a filtrarse en este producto.

3. Tener en cuenta el código de reciclaje de las botellas

Los bebés y los niños son el grupo poblacional con más riesgo para su salud, por eso debemos estar atentos al código de reciclaje de las botellas, que indican qué tipo de plástico se ha usado para su fabricación.

Se encuentra en la parte inferior del recipiente (código de identificación de resinas) y nos permite identificar su presencia:

– Aquellos que contienen más trazas de Bisfenol A (BPA) son aquellos con los números 7, 3 y 10.

– Los plásticos que no contienen BPA, ftalato, ni poliestireno expandible son aquellos que indican los códigos de reciclaje número 1 (Pete), 2 (HDPE), 4 (LDPE), y 5 (PP), según la Unidad Especial de Salud Ambiental Infantil (PEHSU) de EEUU.

4. Evitar aquellas botellas que se rayan y los recipientes de plástico que se calientan.

Es importantísimo, así lo recomienda la FDA, evitar el consumo de aquellos alimentos que se calientan en envases de plástico en el microondas. Así como también, hervir biberones de plástico, hechos con Bisfenol A (BPA). 

Además, cuanto más altas sean las temperaturas más fácilmente se liberará y filtrará en los alimentos este producto químico.

Otro factor importante es no beber el líquido de botellas de plástico que se han quedado por ejemplo en el coche, después de calentarse por el sol.

5. No reutilizar demasiadas veces las botellas de plástico

La frecuente reutilización de botellas de plástico para beber, como es el caso de las utilizadas por los deportistas, si es prolongada en el tiempo, liberan más fácilmente el Bisfenol A (BPA).

El BPA, peligroso cancerígeno de uso muy común

El bisfenol A o BPA, es un producto químico que se usa en la fabricación de todo tipo de plásticos policarbonatos, en CDs, en latas de alimentos o de bebidas, en botellas de agua, en recibos de compras o extractos bancarios e incluso en biberones para bebés.

La preocupación en el uso de esta sustancia proviene de numerosos estudios realizados, entre los que destacan los de la prestigiosa revista científica de la American Medical Association.

En estas investigaciones se concluye que, incluso a niveles muy bajos de concentración, el BPA puede estar asociado a enfermedades como la diabetes, el asma, la obesidad, la infertilidad, el cáncer de mama y de próstata, los problemas cardiovasculares, las alteraciones en el desarrollo neurológico y cerebral y a los trastornos del comportamiento.

Es tan habitual su presencia en los productos que utilizamos diariamente que un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC, por sus siglas en inglés) afirmó que más del 90% de los americanos tienen trazas en su organismo de esta sustancia.

Por otro lado la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de Francia (Anses) ha asegurado que el BPA puede ser altamente dañino para las generaciones futuras, especialmente en lo que se refiere al cáncer de pecho.

La Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (AESA) publicó este mes de julio pasado un informe donde alertaba que son los niños entre 3 y 10 años los más expuestos al Bisfenol A.

Además, señalaba que un 23% de las mujeres embarazadas están expuestas a niveles del compuesto potencialmente peligroso, por lo que sus hijos tendrán más posibilidades de sufrir cáncer de pecho cuando crezcan.

Mientras Europa aún no ha llegado a un consenso, España a día de hoy aún no ha prohibido la sustancia. En cambio, el Senado francés ya declaró ilegal este compuesto el pasado octubre del 2012.