Según un estudio científico realizado por investigadores australianos y canadienses, se ha demostrado que si al pasar el aspirador, éste te hace sentir mal, el motivo no es que no quieras limpiar y busques excusas, sino que simplemente el polvo en suspensión que dejan algunos de estos aparatos de limpieza contiene bacterias y moho que pueden ser malos para las personas que sufren alergia y también para los que no la padecen.
Investigadores de la Universidad de Queensland, de Australia, y de la Universidad Laval, de Canadá, demostraron que el polvo en suspensión generado por algunos aspiradores contiene bacterias y moho que podría dar lugar a efectos adversos en las personas alérgicas, niños y personas con alteraciones inmunitarias. Su trabajo ha sido respaldado por la American Society for Microbiology y publicado en Applied and Environmental Microbiology.
El hallazgo es preocupante porque algunas de los microbios encontrados en este estudio eran resistentes a los antibióticos, entre ellos el causante del botulismo (Clostridium botulinum), por lo que el polvo podría actuar como un vehículo para la infección de esta enfermedad que puede tener consecuencias graves para los niños, incluyendo el síndrome de muerte súbita del lactante.
Además, los investigadores creen que los aspiradores deben ser tenidos en cuenta cuando no se conocen las causas de la alergia, asma o enfermedades infecciosas. Para realizar esta investigación, los científicos emplearon un túnel de aire limpio en el que midieron las emisiones de 21 aspiradores de distinta calidad y antigüedad.
Fuente: TodoAlergias