Ahora en verano, modificamos nuestra rutina, sufrimos más calor, cambiamos horarios de comidas, así como las horas de ir a dormir y de levantarnos.Ésto hace que nuestro organismo tenga que realizar un trabajo extra de adaptación.
Una manera de fortalecer nuestro sistema inmune en verano es consumir abundantes vegetales y fruta fresca y de temporada. La Naturaleza nos ayuda con una gran variedad a nuestra disposición.
Otra manera de ayudar a nuestro cuerpo es el de beber agua de mar, de consumo alimentario. Ya que contiene sustancias como yodo, iones negativos y ozono. Así aliviaremos nuestras articulaciones y mejoraremos nuestra circulación sanguínea.
Podemos complementar nuestra alimentación con productos como el ajo crudo, que es un poderoso antibiótico natural, con miel como substituto del azúcar, que tiene propiedades anti-bacterianas y es estimulante del organismo.
Con kéfir o con yogur, que ayudan a combatir intoxicaciones alimentarias y mejoran nuestra salud. Con limón, que con componentes como la vitamina C, el magnesio, el hierro, el calcio o el potasio, nos protege contra virus y bacterias.
El aceite de oliva, cuyos ácidos grasos ayudan a regular ciertos procesos anti-inflamatorios. Con cebolla, que aparte de vitamina C, nos limpia el aparato respiratorio.Y las legumbres, cuyos nutrientes refuerzan nuestro organismo, ante las diferentes re-adaptaciones que tiene que realizar nuestro cuerpo en verano.