China, al igual que muchos otros países, está estudiando la creación de zonas urbanas sostenibles, o «ecociudades», como se las conoce. En todo el mundo, están empezando a emerger nuevas eco-ciudades. Desde Masdar en Abu Dhabi hasta PlanIT Valley en Portugal. Pero en China, Tianjin Eco-City está destinada a ser la más grande del mundo.
La ecociudad será de baja emisión de dióxido de carbono, ya que una quinta parte de la energía utilizada será de origen eólico, solar y de bombas de calor de origen terrestre. El proyecto es producto de la colaboración entre el Gobierno chino y el de Singapur y en el 2020 albergará a 350.000 personas. El entorno verde ocupará alrededor de la mitad del tamaño de Manhattan y, si todo va bien, se espera que proporcione un modelo de construcción para las futuras ciudades en China y en el resto del mundo.
El lugar elegido para el proyecto de ecociudad fue un terreno industrial, vertedero de desechos tóxicos y contiguo a uno de los mares más contaminados del mundo. Ésto, se hizo deliberadamente, ya que siempre, las denominadas ecociudades, se habían construido en zonas de importancia ecológica. En cambio, en este caso se quiso demostrar que es posible limpiar un área contaminada y hacerla útil y habitable.
La limpieza se realizó a lo largo de tres años e incluyó el desarrollo de una nueva tecnología patentada que elimina los metales pesados de un depósito central – que pronto será un lago navegable.
Todo este duro trabajo parece que dará sus frutos pronto. Esperemos que el cambio de mentalidad se generalice cuanto antes mejor y no quede simplemente en proyectos residuales.